lunes, 9 de junio de 2014

Sollozos

La distancia es corta y aún así no me escuchan, no comprenden que el pretender se hace cada día más difícil...gira y gira la única manecilla del reloj del cuarto de la abuela y la distancia se sigue acortando.

El aire huye de la verdad y comienza la partida de nuevo, las cartas repartidas entre personajes de lazos sangrantes.

El que sonría es el ganador.

miércoles, 4 de junio de 2014

El regalo



Entre las sombras y bajo esa tenue luz del cuarto se asomo el arma, el instante reto al tiempo y el silencio dejo de ser silencio.

-Recuerdo cuando era niño o al menos lo intento, no hay sonrisas o atardeceres, no hay abrazos o noches familiares, a veces un niño se encuentra solo y su único escape está en su interior, un niño no debe pasearse en pensamientos de soledad.-

El estruendo ilumino la noche, sabia quién era, quién fue, él solo quería de regreso lo único que me había regalado, tal vez no fui lo que siempre había escuchado de los demás, tal vez solo necesitaba un regalo.

La soledad puede llegar a enloquecer, las voces se vuelven eco y los aplausos de niñez regresan en acciones nocturnas, caminatas filosas de necesidad, rueda el reloj y comienza el movimiento, sentimientos, caricias...no espera,  no son caricias, quiero escuchar y la luz silencia el entorno.

El arma asomo inquietante de atención, de necesidad, él solo quería de regreso lo único que me había regalado y no lo culpo... nunca se lo agradecí.

El quería de regreso lo único que me había regalado y yo se lo devolví.

domingo, 1 de junio de 2014

Despedirnos cuando más lleno de tí estaba...no sé si pueda.



Despedirnos en el momento justo de la atracción,
cuando el contacto es mutuo y las palabras sobran,
despedirnos y decir solo adiós no es suficiente,
la realidad del momento es simplemente injusta,
pronunciar lo inevitable...paseo inexplicable de silencios,
senderos de miradas indecisas, 
confusión ingenua de un tonto, patético, masoquista.

despedirme de ti no sé si pueda, tu fragancia, las noches largas
todo lo que ahora soy gran parte te lo debo a ti, es difícil reconocerlo pero así es
arboles secos son testigos, el foco del patio sigue escuchando el eco de las risas
despedirme de ti no se si pueda.

Tu risa, tu voz, tus caricias, tus temas de conversación, sé que será difícil, sé que no seré igual
pero el adios es inevitable, en este juego salí perdiendo.