miércoles, 4 de junio de 2014

El regalo



Entre las sombras y bajo esa tenue luz del cuarto se asomo el arma, el instante reto al tiempo y el silencio dejo de ser silencio.

-Recuerdo cuando era niño o al menos lo intento, no hay sonrisas o atardeceres, no hay abrazos o noches familiares, a veces un niño se encuentra solo y su único escape está en su interior, un niño no debe pasearse en pensamientos de soledad.-

El estruendo ilumino la noche, sabia quién era, quién fue, él solo quería de regreso lo único que me había regalado, tal vez no fui lo que siempre había escuchado de los demás, tal vez solo necesitaba un regalo.

La soledad puede llegar a enloquecer, las voces se vuelven eco y los aplausos de niñez regresan en acciones nocturnas, caminatas filosas de necesidad, rueda el reloj y comienza el movimiento, sentimientos, caricias...no espera,  no son caricias, quiero escuchar y la luz silencia el entorno.

El arma asomo inquietante de atención, de necesidad, él solo quería de regreso lo único que me había regalado y no lo culpo... nunca se lo agradecí.

El quería de regreso lo único que me había regalado y yo se lo devolví.

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